
La ortodoncia corrige maloclusiones, como dientes torcidos o desalineados, mejorando la mordida y la funcionalidad de la boca. Esto facilita masticar, hablar y prevenir desgaste desigual de los dientes. Un alineamiento adecuado asegura una mejor salud bucal a largo plazo.
Además, una mordida correcta reduce la presión sobre las encías y las articulaciones temporomandibulares (ATM), evitando dolores y tensiones en la mandíbula.
El tratamiento ortodóntico ayuda a prevenir futuros problemas dentales, como caries y enfermedades de las encías. Dientes mal alineados son más difíciles de limpiar, lo que aumenta el riesgo de acumulación de placa. Al alinear los dientes, se mejora la higiene y se reduce el riesgo de infecciones y desgaste.
Esto contribuye a mantener los dientes sanos durante más tiempo, lo que reduce la necesidad de tratamientos dentales más invasivos en el futuro.


La ortodoncia no solo mejora la alineación dental, sino que también tiene beneficios para la postura y el dolor de espalda. Al corregir la mordida, se facilita una respiración nasal adecuada, lo que activa los músculos del core y mejora la postura. Esto reduce la presión sobre la columna vertebral, aliviando tensiones y dolores en la espalda baja.
Además, una mejor alineación de la mandíbula y la respiración eficiente ayudan a relajar los músculos del cuello y la espalda. La respiración profunda, promovida por la ortodoncia, reduce la rigidez y mejora la circulación, lo que contribuye a disminuir el dolor muscular y la tensión crónica en la zona dorsal.

